30 mar 2014

Hasta luego, Asturias

Hoy termina una etapa de mi vida que recordaré con muchísimo cariño siempre. Hoy me voy de Asturias.

A finales de septiembre del pasado 2013 me planté en un piso en mitad de la calle más céntrica de Oviedo con un par de maletas y mucha incertidumbre. Mi experiencia en dicho inmueble duró menos de un mes. Otro episodio anecdótico que añadir a mi interesante vida.
Me salvó mi mejor amiga desde la infancia, que sigue ahí conmigo aunque ya hayan pasado casi 18 años desde que nos conocemos. Así que sin tiempo que perder, me instalé con ella y con su madre en una casa preciosa y muy acogedora en una urbanización de Llanera, donde me sentí como en mi casa de Santander, con mi familia, durante los seis meses que he estado viviendo allí. A día de hoy reafirmo que puedo llamarlo mi segundo hogar.

Ahí conocí a Baby, un padre de familia. Junto con Bunny y Coco forman un trío adorable de conejos. Viven en el ático, y todas las noches me he dormido al son de sus ruiditos cuando se remueven en sus jaulas o beben agua.

Mi rutina se fue moldeando y asentando mucho antes de que me diese cuenta. Parecía como si todos los días de mi vida hubiese cogido el autobús Hortal de las ocho menos cuarto, recogiendo a una amiga en La Fresneda y yendo juntas hasta Oviedo sin darnos cuenta de que ya llegábamos a mi parada, pues yo me bajaba primero, ya que no había mañana que no tuviésemos algo de lo que hablar.

Asistir a clases en Air-Hostess también parecía algo que llevaba haciendo muchos más meses atrás. El uniforme, el maquillaje, el peinado; los compañeros, los profesores. Nada desentonaba, todo parecía llevar ahí mucho tiempo.

Las calles de Oviedo, sus tiendas, sus viandantes. Y las noches. Grandes fiestas y muchos recuerdos diversos por las callejuelas nocturnas de Vetusta.

Amigos de amigos que ahora son mis amigos. Me he reencontrado con gente maravillosa y he conocido a otra tanta increíble que sé que esta vez estarán más presentes en mi vida de ahora en adelante.

Y luego estaba Gijón. Llevaré conmigo durante mucho tiempo la sensación en el estómago de la última vez que entré en la villa en el bus de siempre, por la Avenida de la Constitución.
Mi amorodio hacia Gijón ha estado constantemente latente durante mi estancia en el Principado.

Empezó siendo una ciudad incómoda, y terminó siendo la más cómoda de todas. Escaparme al espigón de Poniente cuando el tiempo me lo permitía, desconectando de la rutina que tenía en Oviedo y respirando el aire con salitre que necesita mi organismo para vivir, es algo que echaré muchísimo de menos. Pocas personas tienen un lugar que signifique paz y diversión siempre que lo pisan. Para mí, Gijón ha sido ese lugar. Y las noches gijonesas también han sido tan eternas como surrealistas. Sobre todo cuando el Rey Pelayo se transformó en Darth Vader en Carnaval.

Podría contar mil anécdotas. Asturias me ha dado muchas historias memorables que relatar. Y muchas lágrimas también, pero no todas malas. A decir verdad, las tristes ya están curadas por otras menos tristes. Pero lo que sí está claro, es que Asturias es una parte importante de mi vida. Ya no sólo por el medio año que he pasado aquí, si no por todo lo que seguirá conmigo cuando me vaya, por mucho tiempo que pase.

Me considero afortunada, porque al llegar no empecé de cero. Desde los 12 ó 13 años, esta provincia ya forma parte de mi vida. Lo que marca la diferencia es que ahora lo hace con más intensidad.

Es curioso que cuando me instale en otra parte no echaré de menos mi vida de Santander. Echaré de menos mi vida de Asturias, porque ha sido una etapa feliz y muy entrañable.

Gracias.

N.

27 mar 2014

Mi primera vez... con Vueling Airlines

El lunes 24 de marzo una nueva etapa de mi vida comenzó: la de las entrevistas de trabajo en el mundo de la aviación.

Aunque previamente tuviese alguna que otra experiencia en ese mundo tan temido como es el de las entrevistas de trabajo, ésta no tuvo nada que ver con las anteriores. Ninguna semejanza. Pero era algo con lo que contaba, así que no me llevé sorpresa alguna. Sin embargo, me pareció bastante interesante conocer el funcionamiento de la selección de tripulantes, al menos el que lleva a cabo la compañía aérea Vueling Airlines, con la que, casualmente, viajé por primera vez para desplazarme hasta el lugar de la entrevista, y quedé muy satisfecha con su servicio y su manera de trabajar. Además los precios de los billetes me parecieron bastante asequibles, ¡siempre y cuando se compren con tiempo!

No como en mi caso. Todo comenzó el pasado martes 18, mientras desayunaba. Sonó el teléfono, y me citaron para un proceso de selección de tripulantes de cabina de pasajeros con Vueling, en Barcelona, el martes de la semana siguiente. Todo tan repentino como emocionante. Era hora de ponerse en marcha.

Primero, recibir la información pertinente. Después, comprar un vuelo. Ida y vuelta, con 24 horas exactas de estancia en Barcelona, al más puro estilo ejecutivo. Y más tarde, disfrutarlo. El estrés de las compras estuvo acompañado de la ilusión, no sólo de comprar ropa después de tanto tiempo, si no de explorar un nuevo estilo más acorde con la ocasión. Tras un par de días de búsqueda desenfrenada, me hice con un sencillo look clásico, en blanco y en negro, para no arriesgarme demasiado, pero arriesgándome a no ir con falda y pañuelo al más puro estilo azafata.

Gracias, Amancio, por vender los blazers perfectos a precio de diamante. Las jóvenes de 20 años sin oficio ni beneficio también tenemos derecho a ir divinas sin tener que ahorrar para ello. Pero ese es otro tema. H&M me dio la solución a mis penas, con un blazer negro de corte parecido al perfecto blazer de Zara, que algún día será mío. Blusa blanca de Stradivarius con cuello mao para darle un toque diferente y prescindir de collares, y zapatos de salón de Zara, éstos más asequibles.

Con los documentos, la ropa, y todo en orden, no quedaba otra cosa más que relajarse hasta el lunes. Y el lunes llegó. Un día que comenzó muy temprano y con restos de la resaca del día anterior (recordad, tengo 20 años; mi responsabilidad tiene un límite). Acorté las 24 horas de diario a 7 horas y tres cuartos, desde que me desperté a las 8:00 hasta que salí de casa para ponerme rumbo al aeropuerto. 7 horas y tres cuartos de día pre-Vueling. Desde las 15:45 del lunes 24 hasta las 21:20 del martes 25, me encontraría inmersa en el universo de la aviación. Así me lo propuse yo. Una vez que se cerraran las puertas de la aeronave para ponerme rumbo a Asturias de nuevo, el día post-Vueling comenzaría, hasta que entrase el miércoles 26. Luego mi vida seguiría con su zigzagueante rumbo del que algún día os hablaré.

DÍA PRE-VUELING
15:45. Autobús desde la urbanización en la que vivo, ubicada en Llanera, hasta Oviedo.
16:15. Llegada a Oviedo.
17:00. Autobús desde Oviedo hasta el Aeropuerto de Asturias.
17:40. Llegada al Aeropuerto de Asturias.
18:40. Hora de apertura de la puerta de embarque.
19:10. Hora de salida del vuelo con rumbo al Aeropuerto del Prat.
20:20. Llegada al Aeropuerto del Prat.
21:00. Autobús desde el Aeropuerto del Prat hasta el hotel, ubicado a las afueras del Prat de Llobregat.
21:45. Llegada al hotel.

Con un aire moderno y jovial, me acomodé en mi habitación y me reuní con mis compañeras. Contaba con acostarme temprano para descansar bien, pero me dieron la una de la madrugada. Y me costó dormir. Demasiado. Me desperté dos veces, a las dos y a las cuatro y media. Me picaron mosquitos, los de la habitación de al lado aporreaban mi puerta, y un sonido extraño procedente del exterior me inquietaba. Pero mereció la pena. Cuando sonó el despertador, lo poco que había dormido y descansado parecía haberse esfumado. Me sentía llena de energía.

DÍA VUELING
07:00. Despertador.
07:10. Maquillaje.
07:40. Desayuno.
08:10. Ropa, peinado, y preparar el trolley para guardarlo en la habitación de mis compañeras, que abandonaban el hotel un día más tarde.
09:15. Recepción del hotel para entregar la tarjeta.
09:20. Taxi hasta las oficinas de Vueling.
09:45. Llegada a las oficinas de Vueling.
10:00. Comienza la entrevista.

Once chicas habíamos sido citadas aquel día. Ocho proveníamos de la misma escuela, aunque solamente seis éramos de su sede en Oviedo. Las tres restantes tenían más experiencia en el mundo de la aviación.
Ahora os haré un breve resumen de la consistencia de las entrevistas de trabajo con Vueling Airlines:

Primera fase
-Breve presentación de la compañía.
-Prueba de medición.
-Dos pruebas auditivas de inglés.
-Dos test psicotécnicos.
-Una dinámica de grupo.

A partir de entonces, se sucedía una ronda eliminatoria.
Llegué tranquila, sin nervios, segura de mí misma. Me sentía arropada actuando sobre papel y rodeada de mis compañeras. En el momento en que pasé a la segunda fase, los nervios se apoderaron de mí.

Segunda fase
-Entrevista personal con prueba oral de inglés.

Entré la penúltima. La espera se me hizo eterna. Cuanto más tiempo pasaba, más nerviosa estaba. Antes de llegar, me había tomado aquella entrevista como una experiencia. Al fin y al cabo, hacía menos de un mes que había terminado mi formación en la escuela. Y era mi primera entrevista de trabajo en el mundo de la aviación. No estaba presionada. Sin embargo, cuando me vi allí y conocí las oficinas y las instalaciones de la compañía, y viajé con ellos el día anterior, no quería conformarme con la experiencia de haber conocido el procedimiento de selección: quería formar parte de la compañía. Por eso los nervios se apoderaron de mí. Quería hacerlo bien. Y, al parecer, así lo hice, porque pasé la segunda fase.

Unas dos horas más tarde, ya en el hotel, tan cansadas que ni siquiera comimos al mediodía, comenzaron a ponerse en contacto con nosotras. Si la respuesta era negativa, lo comunicaban vía e-mail. Si la respuesta era positiva, te llamaban por teléfono.
Mandaron el primer e-mail, y yo ya no actualizaba tan a menudo mi bandeja de entrada, por miedo a encontrarme con el mío.
Hicieron la primera llamada, y la segunda. Tres de nosotras estábamos juntas en una misma habitación, y ellas dos ya estaban dentro. Con la euforia, los nervios, las ganas y demás, respondí como si estuviese hablando con mi madre cuando me llamaron a mí. Estábamos dentro. Lo habíamos conseguido.

Ahora comienza una nueva etapa: el entrenamiento de conversión de Vueling Airlines.
Desde el próximo 7 hasta el 16 de abril, estaré en Barcelona, asistiendo a clases de 9:00 a 19:00, y estudiando cuando no esté durmiendo o comiendo. Habrá que trabajar duro, pero merecerá la pena. La recompensa será maravillosa. ¡A VOLAR!

Enhorabuena a todas mis compañeras, nos veremos allí y compartiremos sufrimiento y alegrías como hasta ahora.

N.

6 mar 2014

¡Ya soy TCP!

El motivo por el que, después de tanto tiempo, estoy aquí, es para compartir mi experiencia ahora que ya he conseguido el certificado de tripulante de cabina de pasajeros.

Han sido seis meses diferentes, empezando por la ubicación de la escuela. Tuve que mudarme a la provincia de al lado, y aunque en un primer momento no me apetecía absolutamente nada tener que venir concretamente a este lugar, a pesar de todos los buenos momentos que me había dado, al final ha merecido la pena. Ahora me cuesta dejarlo, por eso espero tener algo de suerte, aprovechando que he empezado este nuevo año con muy buen pie, para poder quedarme hasta que toque volar.

Volar literalmente pero también en sentido figurado. Vuelve a mí el nerviosismo constante y el dolor de cabeza casi diario, mezcla de la ilusión excesiva y la incertidumbre que me quema por dentro, pues paciente no soy demasiado, y curiosa un rato largo.

Esta nueva etapa no ha terminado; en realidad, no ha hecho más que empezar. Lo que comenzó en octubre en una escuela de Oviedo fue la antesala de lo que estaba por venir y todavía no ha llegado. Una preparación exquisita, con buenos profesores que se han convertido en personas cercanas en quien confiar en poco tiempo, y un dinamismo entre los compañeros que aunque me haya traído algún que otro disgusto y discusión, me ha servido para aprender a no prejuzgar y a ser mucho más empática con la gente.

Lo que toca ahora nadie lo sabe. ¿Y no es acaso eso maravilloso? La lista de ciudades en las que podría estar viviendo en menos de un año es tan larga que no sé ni cuál es mi gran preferencia para posicionarla en la cumbre de la misma. ¡Pero qué más dará! Tampoco voy a poder elegir destino, y hay que sacarle el jugo a eso.

Desde aquí quiero dar las gracias a todos los que han formado parte de Air-Hostess Oviedo, por enseñarme a crecer un poco más, a nivel profesional y personal. Y muchísima suerte para todos mis compañeros de promoción. ¡Me alegro mucho de haberos conocido, OVD 273!


N.