27 feb 2014

Feliz primer cumpleaños

Hoy cumple un año una personita muy especial para mí, y debido a la distancia, no puedo pasar este día a su lado, así que le dedicaré estas líneas con la esperanza de que este blog siga vivo cuando él aprenda a leer, y vea que me acordé de él aunque no aparezca a su lado en ninguna foto del día de hoy.

Hace un año, se añadió una nueva vida a mi familia. Todavía recuerdo la lata que le di a su madre desde que tengo uso de razón, preguntándole si algún día llegaría ese momento; si algún día tomaría esa decisión. Ella siempre me respondió que sí, pero yo nunca le hice caso, hasta que nos dio la noticia de que estaba esperándolo. Supongo que las ganas me cegaban, y no quería ilusionarme hasta saber que estaba en camino.

Vi sus primeras evoluciones en la barriga de su madre a través de Skype, algo que me apenaba cuando me daba por pensar que no iba a estar en el momento del nacimiento. Pero si algo he aprendido en estos 20 años, es que la vida es tan maravillosa como impredecible, y el 27 de febrero del 2013 pude visitarlo en el hospital, viéndolo por primera vez con 3 horas de vida.
Creo que nunca he estado tanto tiempo con una persona, desde el día de su nacimiento, y de manera plenamente consciente. Y en el hipotético caso de que vengan otros después, eso es algo que siempre le hará especial y le diferenciará del resto, porque él fue el primero de todos.

No me considero la más diestra en cuanto al trato con bebés, pero no se me da del todo mal ahora que tengo las prácticas en casa. He cambiado algún que otro pañal, me he aventurado a bañarlo y a prepararlo para la cena aun corriendo el riesgo de ser víctima de un accidente que, por desgracia, terminó teniendo lugar, y le he dado de comer alguna que otra vez también, aunque la criatura termina mirándome angustiado porque paso más tiempo riéndome de su ansia que dándole cucharadas de frutas, pero tiene paciencia y me deja disfrutar, a veces incluso exagerando sus gestos para que me ría con él. Sabe que luego le devolveré la diversión cuando nos tumbemos en el suelo y lo arrastre por los pies mientras gatea, o cuando le ofrezca espectáculos de canto y baile exclusivos para él.
Estos pequeños detalles y anécdotas se convierten en nuestra historia juntos. Nos conocemos, y nos queremos. El vínculo que hemos formado es fuerte e indestructible, a pesar de no vivir cerca ni dedicarnos tanto tiempo como desearía. Sin embargo, yo sé que él me tiene presente, porque su sonrisa cuando me ve aparecer por la puerta de casa tras haber estado un mes fuera no tiene precio, es algo indescriptible que solamente recomiendo sentir, pierde mucha emoción si se expresa con palabras.

No soy su madre, pero soy su tía. Y mi propósito desde que supe que estaba en camino fue el de conseguir ser una tía activa, no de esas que dan la propina cada vez que lo ven y no comparten absolutamente nada con él. Quiero enseñarle cosas, compartir con él nuevas emociones y experiencias, y que cuando escuche esta canción, se acuerde de mí al haber sido yo la primera en presentarle la música, el mismo día de su nacimiento.



Feliz cumpleaños, Robb. No crezcas nunca.

N.

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